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El capitán Abdón Senén Calderón Garaycoa y su estirpe gloriosa (página 2)




Enviado por luis pacheco



Partes: 1, 2

Como es conocido, 1827 es el año más
trágico para el Libertador Bolívar, en especial los
últimos meses, conoció la sublevación de la
III División colombiana en Lima, la traición de
Santander, la violación de la disciplina militar, etc.,
pero a pesar de su insondable dolor, Bolívar no olvida a
su gran amor, para quien no tiene más que palabras de
elogio, de ternura, de afecto, expresadas tan sublimemente
así: "Bogotá, 16 de noviembre de 1827.-A la familia
Garaycoa: ¡Mis dignas amigas! ¿Conque están
Uds. libres? Bien va todo. He sabido con gozo y gratitud que Uds.
han sido Colombianas y Bolivianas; bien va todo. Gracias merecen
Uds. y las otras queridas amigas que no han querido apostalar.
¡Si las bellas son siempre heroicas!. No hay remedio.
Ustedes. Ustedes lo valen todo. La Gloriosa se ha portado y el
Gloriosito también. ¡Loor eterno a mi Gloria!. Los
varones Garaycoa son dignos de su nombre; yo les doy las
enhorabuenas. A la viuda y a la mamá grande y al padre y a
las niñitas también, a todos, en fin, les mando un
millón de expresiones amistosas y gratas. Deseo verlas y
verlos. Afectísimo y atento
amigo".-Bolívar.-

Bolívar retornó al Ecuador el 17 de marzo
de 1829 con motivo de la guerra colombo-peruana, cuando el
Mariscal Sucre, había triunfado sobre el General La Mar y
la perfidia del ejército peruano en los campos de Tarqui.
Como La Mar no cumplió con el Tratado de Girón, el
Libertador se puso al frente del Ejército para por la
fuerza recuperar Guayaquil y el 26 de junio de 1829 se
instaló en la Hacienda de Buijo, ubicada frente a
Guayaquil en la confluencia del Daule y Babahoyo. Bolívar
ingresó a Guayaquil victorioso, luego de la retirada de La
Mar, pero el 10 de agosto de 1829, se enfermó muy
gravemente al punto de ponerse al borde del sepulcro. Su
recuperación la realizó en la Isla Santay, sitio en
el cual pasó desde el 31 de agosto hasta los primeros
días del mes de octubre; el 20 de este mes arribó a
Quito y el 29 se encaminó a Bogotá, con el fin de
asistir al Congreso Admirable, génesis del horroroso
crimen de Berruecos y de la trágica peregrinación a
Santa Marta, del Libertador Bolívar, el novio sentimental
de la gentil cuencana Carmela Calderón, a quien la escribe
y dice:"Quito, 26 de octubre de 1829.-Mis damas y señoras,
Gloriosita, Loca, etc.: Con suma satisfacción he recibido
la muy apreciable de ustedes. No puedo negar que ustedes me
harán ir al cabo del mundo sólo por tener el gusto
de rendirles mis cordiales agradecimientos. Son ustedes tan
buenas conmigo que no es posible más!!. La Gloriosa tiene
razón de quererme porque yo la amo de amor y gratitud. Mi
señora doña Manuela con más aprecio y la
misma amistad tiene derecho a toda mi consideración y
respeto,-¡que no se ofenda la primera!. A la señora
madre y niñas que no tengan cuidado por los godos, y que
soy a sus pies, el que más la adora y respeta. Se entiende
a Carmelita y las hermanitas son las adoradas.

Soy con toda consideración y afectuoso
rendimiento".-Bolívar.

Hasta la presente no se conocen, ni una sola de las
cartas enviadas por las Garaycoa al Libertador, posiblemente
porque éste las destruía una vez que terminaba de
leerlas, ya que Bolívar era un perfecto caballero, amante
discreto, y además, debía mantener la
discreción. La abundancia de los amores del Libertador,
están a luz, pero entre los recónditos tenemos a
Manuela Madroño, Fanny du Villars, Luisa Crober, Teresa
Aristeguieta, Isabel Soublette, Pepa Núñez,
Josefita Madrid, Anita Lenoit, Teresa Toro, Manuelita
Sáenz y claro "La Gloriosa", Carmencita Calderón
Garaycoa, "la Afable Loca".

Francisco
Calderón Garaycoa

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Francisco, el último de los hijos del matrimonio
Calderón-Garaycoa; símbolo de patriotismo y valor
imponderable, nació en Cuenca en 1809 y fue menor que
Abdón.

A los once años de edad militó en la
Goleta "Alcance", defendiendo nuestras tierras contra la Marina
española el puerto de Guayaquil.

En noviembre de 1820 a los pocos día del triunfo
de la Revolución del 9 de octubre, en Guayaquil, se
alistó en las filas republicanas, en calidad de
Guardiamarina, hasta terminar con la gloriosa rendición
del sitio del Callao en enero de 1826.

El 5 de septiembre de 1821, el Coronel Manuel Antonio de
Luzarraga, uno de los jefes de las Fuerzas Republicanas, dirige
un documento al Presidente y Vocales de la Junta de Gobierno de
Guayaquil y expresa "Exmo. Señor: Francisco
calderón. Joven de doce años…ha servido de clase
de Guardiamarina, sin despacho, ni goce, desde los primeros
días de noviembre del año pasado…"-es decir de
1820, en conclusión tenemos que el año de
nacimiento es el correcto, así como que Francisco se
alistó a los once años de edad.

Este "Soldado Niño", no llegó a conocer a
su padre, porque nació uno de los días del mes de
septiembre de 1809, fecha que corresponde a la que el autor de
sus días fue confinado a Guayaquil y lamentablemente
quedó en la orfandad a los tres años y meses de
edad. En 1813 su madre se traslada a Guayaquil, lugar donde
Francisco aprendió las primeras letras y una esmerada
educación científica y patriótica, llegando
a comprender la magnitud del crimen perpetrado con su
señor padre, por la tiranía de España;
juró vengar la sangre de aquel martirio e izar victorioso
el estandarte patrio, "Los Calderón.-Abdón y
Francisco-crecieron oyendo el continuo narrar las atrocidades
cometidas por los españoles con su padre", juraron los dos
ir contra el enemigo común de esa época.
Abdón se enlistó en las tropas republicanas, al
mismo tiempo que Francisco ingresaba a la Marina en
1820.

Como prueba fehaciente de su ingreso a la Marina nos
proporciona el siguiente documento:"Exmo. Señor.-D.
Francisco Calderón joven de doce años, natural de
esta ciudad, ha servido en clase de Guardiamarina, sin despacho
ni goce, desde los primeros días de noviembre del
año pasado. Su aplicación y disposición para
entrar en la honrosa carrera de un buen militar Marino es de la
mayor recomendación; su comportamiento y formalidad
exceden con mucho de aquellos que hacen honor a su país.
Su afición es tal que aun no ha habido salida a que no
hubiere asistido, incluso la que hizo en la Goleta "Alcance" a la
persecución de las lanchas alzadas: en momentos del
combate siempre ha demostrado mucha frescura y despejo; ya por
todas estas consideraciones, cuanto por su acendrado patriotismo,
elevo a consideración de V.E. para que protegiendo a un
joven de tan bellas disposiciones le conceda el Despacho y goce
de Guardiamarina de Preferencia, con la antigüedad de su
servicio.-Dios Guarde a V.E. m.a.-Guayaquil, 5 de septiembre de
1821.-Manuel Antonio de Luzurraga.-Exmo. Presidente y Vocales de
la Suprema Junta de Gobierno.-Aprobada".

Triunfante la revolución del 9 de octubre,
ordenó la Junta de Gobierno, extender el nombramiento, de
Capitán de Puerto o Jefe de las fuerzas sutiles, al
Coronel Manuel Antonio de Luzurraga, uno de los propietarios de
la Goleta "Alcance", la primera que adquirieron los
próceres para la defensa de sus ideales. En nuestra
historia es conocida como: "Alcance", "Escobedo" y "Patria".
Luego la goleta fue armada con doce cañones, se la
dotó de una buena guarnición con más de cien
hombres, lista para cualquier eventualidad, entre la
dotación se encontraba el niño Francisco
Calderón.

El 11 de octubre de 1820, al mando de su tío
político, el General Villamil, la goleta "Alcance", inicia
la persecución a varias lanchas cañoneras
contrarias a los planes de la revolución, además y
como objetivo principal debían dar aviso a la Escuadra
chilena de los planes del movimiento político de
Guayaquil, llevando una comunicación de los miembros de la
Junta al General San Martín y a Lord Cochrane. El 31 de
octubre en la Isla San Lorenzo (frente al Callao), se
avistó con el Almirante y el 1 de noviembre, en
Ancón, con San Martín; la comunicación
decía: "A.S.E. Lord Cochrane, Almirante de
Chile.-¡Viva la Patria!. Exmo. Sr.: Al amanecer del
día 9, brilló para nosotros la aurora de la
libertad. El pueblo unido a las tropas de esta plaza, ha
proclamado la Independencia de esta Provincia. Este plausible
acontecimiento, tanto tiempo ha suspirado por todos los buenos
vecinos de esta ciudad, se ha verificado con tal orden, que ni
una sola gota de sangre ha salpicado el estandarte de la
libertad. Nuestros puertos, como nuestros brazos, están
abiertos para nuestros hermanos y amigos, que deben ayudarnos a
mantener nuestra resolución, que se ha realizado no con
tumultos ni muertos, sino con una fiesta pública. Este
ayuntamiento patriótico se adelanta a poner en
conocimiento de V.E. este glorioso suceso, por lo que pueda
interesar a sus operaciones militares, y para que una armoniosa
combinación, apresure el destino de América.
Guayaquil, 10 de octubre de 1820 y 1ro. de su
independencia.-José Joaquín Olmedo".

Vale la pena resaltar también, la destacada y
brillante actuación del Prócer Niño contra
el traidor Comandante venezolano, Nicolás López y
el felón guayaquileño, Ramón Ollague,
quienes acordaron acabar con el triunfo del día 9 de
octubre, poniendo entre dos fuegos al Ejército de Sucre
que se encontraba en Samborondón.

Con el triunfo de Pichincha, nuestro territorio
quedó libre de la dominación española, pero
el temor de Bolívar se debía a que el realismo
continuaba enraizado en el Alto y Bajo Perú, que
tratarían de reconquistar los derechos perdidos en la Gran
Colombia. Al Libertador, luego de los triunfos de Junín y
Ayacucho, batallas libertadoras de las Repúblicas de
Perú y Bolivia, solo le faltaba acabar con las huestes
realistas que se encontraban en el puerto peruana de Callao, para
tal misión fue designado el General Bartolomé
Salón y el mando de la Escuadra Naval Colombo-Peruana, al
General Juan Illingworth. El 30 de enero de 1825 salió de
Guayaquil al bloqueo del Callo, llevando entre su
tripulación al niño Francisco Calderón, que
por esas fechas tenía dieciséis años. En el
año que duró este bloque, Francisco realizó
inauditas proezas militares que demostraron su valor espartano y
así lo reconoce la historia. La rendición de tan
importante puerto, previa capitulación celebrada con el
jefe español, General José Ramón Rodill
extinguió definitivamente el despotismo de los
súbditos del Rey de España Fernando VII, de gran
parte de los dominios de nuestra América
querida.

Como complemento y para orgullo de los paisanos de
Francisco Calderón, transcribiré dos comunicaciones
de encomio "Oficio del Ministro de Guerra, al Comandante General
J. Illinworth.-Exmo. Señor: La Escuadra unida a llenado
los votos de la Nación: su bravura y actividad han
contribuido a la importante toma de la plaza de Callao,
después de un año de privaciones y fatigas; el
Gobierno está muy satisfecho de los distinguidos servicios
de tan benemérito cuerpo, y me manda S.E. es decir a V.E.
que a su nombre le de las más expresivas gracias, quedando
en premiar oportunamente su consagración en obsequio a la
independencia de la República. Sírvase V.S. hacerlo
entender así, y admitir los sentimientos y aprecio con que
me suscribo de V.S. muy atento y obediente servidor.-Juan
Salazar.-Palacio de Gobierno.-Lima, a 24 de enero de 1826".; la
segunda comunicación hace referencia a los premios, a que
se hacen acreedores, los jefes y oficiales que más se
destacaron en el bloqueo y dice: "Al Sr. General Bartolomé
Salón.-Los heroicos esfuerzos del Ejército sitiador
serán eternamente gratos al Gobierno peruano; aquel ha
dado al mundo la prueba mas al grande de constancia y de cuanto
puede el amor a la gloria y a la libertad, logrando a fuerza de
continuas fatigas y riesgos, concluir la desastrosa guerra, que
devastó por largo tiempo este territorio humillado el
último resto de españoles refugiados en las
fortalezas del Callao. Deseando, pues, S.E. el consejo de
Gobierno descargar en parte la inmensa deuda ha contraído
me manda a decir a V.S. que se sirva pasar a este Ministerio, una
razón de los benemérito jefes y oficiales que
considere acreedores a ser premiados, para que en vista se
decrete lo conveniente. Tengo el honor de comunicarlo a V.S. para
su cumplimiento. Soy de V.S. muy atento, obsecuente
servidor.-Juan Salazar.-Palacio de Gobierno, Lima, a 24 de enero
de 1826".

Esta fue la última participación de
Francisco, luego de lo cual se consagró a la Marina
Mercante, en donde alcanzó el grado de capitán de
Navío, casado con una francesa de apellido Froment, con la
que tuvo dos hijos: Clemente y Manuela Calderón Froment,
se radicó en Lima, donde falleció, dejando una
cuantiosa fortuna.

Abdón
Senén Calderón Garaycoa

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Hace exactamente 208 años nació el
héroe del Pichincha, un día martes 30 de julio de
1804, fecha en que la iglesia católica celebra el
día de San Abdón, razón por la cual su padre
le hizo bautizar con ese nombre al otro día de su
nacimiento, con el Dr. Mariano Isidro Crespo, cura Rector de la
iglesia parroquial de ese entonces y hoy Catedral de Cuenca; como
padrino y testigo de la ceremonia actuaron, respectivamente, el
Dr. Mauricio Salazar y los señores: Pablo Torres y Manuel
Montúfar.

El barrio donde nació Abdón, está
ubicado en la esquina suroeste del templo de San Alfonso,
intersección de las calles Bolívar y Presidente
Borrero (antiguamente La Victoria).

Los Calderón – Garaycoa, como hemos anotado
anteriormente, crecieron oyendo narrar las atrocidades cometidas
por los españoles contra su padre, y tuvieron siempre en
su familia, como muy verídico que Abdón y
Francisco, en cuanto tuvieron uso de razón, juraron ir
contra el enemigo común de entonces, y así lo
hicieron "..Que el recuerdo de la carrera militar de su padre y
el deseo natural en un hijo, de ayudar a sacar adelante lo que su
progenitor se propuso y dejó interrumpido por su muerte,
causas de predisposición en Abdón para tomar parte,
así que el caso llegó, en la lucha por la
independencia. El sangriento fin de su padre, y la
contemplación del hecho de que el tristemente
célebre Coronel Sámano, su verdugo, estuviese
ejerciendo el alto puesto de Virrey, debió haber sido una
braza ardiente en el corazón del niño. Así
formado y ya maduro, no por el tiempo, sino por las
circunstancias y la reflexión, le encontró el 09 de
octubre, a la edad de 16 años.

Antes de comenzar la vida militar del "Héroe
Niño", iniciada gloriosamente, el 09 de octubre de 1820;
consagraremos algunas palabras, sobre su valiosa
actuación, en todas las Juntas, llevadas a efecto, antes
de la mencionada transformación política. En aquel
año Calderón llegaba a los 16 años y
poseía: educación esmerada y talento virtuoso,
carácter inquebrantable y constancia de mártir y
sagaz tino en intuir, los planes de sus rivales; y por esta
virtud, los conjurados octubrinos, Olmedo, Vivero y Villamil,
depositaron en su corazón, sin temor alguno, todos los
proyectos tendientes, a la emancipación de Guayaquil.
Calderón, hallábase inmiscuido en los secretos de
la revolución, por pertenecer, íntimamente, al
círculo de familia, que atizaba y dirigía, el
movimiento subversivo. Entre los principales caudillos se
encontraban sus tíos carnales y políticos, su madre
y hermanas, otros miembros de la familia y confidentes amigos.
Como se indicó anteriormente, las Juntas Preparatorias, se
reunían en casa de su tía Ana Garaycoa, esposa del
prócer José Villamil. Hasta el 8 de octubre, los
conjurados, buscando cualquier pretexto, se reunían con el
fin de idear los planes para la consecución de su objetivo
y en todas éstas, se encontraba el héroe,
aguardando la ansiada hora, de luchar en las batallas por la
libertad.

Fue uno de los acompañantes de León Febres
Cordero en la toma del Cuartel de Reserva, el cual si bien
tenía a favor al Capitán Antonio Farfán y el
Teniente Hilario Álvarez, la totalidad de la tropa estaba
en contra. En el atreverse está el hito de la
hazaña, el éxito, el suceso. Como premio al
desempeño de Abdón en los antecedentes de la
jornada del nueve y en la ejecución de la misma, se le
otorgó el grado de Subteniente, con el cual ingresó
al Ejército de Operaciones.

A continuación, destacaré los combates en
los cuales participó, Abdón Calderón hasta
el glorioso 24 de mayo de 1822.

1) Camino Real

Convertido el Ejército Realista, que tenía
su base en Guayaquil, en Ejército de la Patria y
añadido a él, entre otros, un Batallón de
Infantería, compuesto por ciudadanos que
espontáneamente, se presentaron a formarlo con el nombre
de "Voluntarios de la Patria", al mando del Teniente Coronel
Ignacio Alcázar, comenzó Abdón al servicio
militar, como Subteniente, de una de las Compañías
de este batallón. La Junta de Guayaquil pensó
inmediatamente, en la ocupación de la capital de la
Presidencia, y con este propósito, dando a la
división expedicionaria, el nombre de "División
Protectora de Quito", al mando de Luis Urdaneta, la
encaminó para el interior. Desde Ambato avanzaron fuerzas
sobre Babahoyo, pero al saber que esta plaza estaba ocupada por
los patriotas, se detuvieron en Camino Real, punto intermedio
entre Sabaneta por el sur y Guaranda por el norte. Al tercer
intento las fuerzas revolucionarias, lograron la desbandada y
derrota de los realistas. En el Parte de Combate se hace notar la
sobresaliente conducta del Teniente Calderón, que su jefe,
Urdaneta, solicitó a la Junta de Guayaquil, el ascenso a
Teniente.

2) Primer Huachi

El Presidente Interino de Quito, Mariscal Melchor
Aymerich, se encontraba en Pasto cuando ocurrió la
revolución octubrina, al conocer lo sucedido, tomó
la decisión de enfrentar a los vencedores. Tomó el
mando del Escuadrón de Caballería "Dragones de
Granada" y con tropas de infantería acantonadas en Quito y
Riobamba, se estableció en Ambato, a esperar a los
vencedores de Camino Real. Urdaneta cometió el peor error
de un estratega, al esperar al enemigo en campo abierto y el 22
de noviembre de 1820 se enfrentaron en el Huachi, donde luego de
una encarnizada pelea se declararon derrotados los
revolucionarios y Abdón Calderón salvado
milagrosamente, tuvo que marchar a pie, muerto de hambre y sed
hasta pasar lista en Babahoyo.

3) Tanizagua

Producto de la anterior derrota, son separados del mando
Urdaneta y su segundo comandante Cordero, se designó el
mando de los Ejércitos revolucionarios al General chileno
Toribio Luzuriaga. El 1º de diciembre de 1820 ya se
encontraba en Babahoyo al mando del Ejército. Los
realistas capitaneados por el cura de Guaranda, Francisco
Benavides y por el Comandante Piedra, tenían su fuerzas en
Guaranda, Pungalá y Guanujo, las fuerzas de
González, se retiraron a Riobamba y los revolucionarios
ocuparon Guanujo al mando del Coronel argentino, José
García, nativo de Tucumán, entre los oficiales se
encontraba el Teniente Abdón Calderón, quien pronto
iba a verse frente al enemigo en su tercer combate. El 3 de enero
de 1821 en Tanizagua se encuentran frente a frente los
combatientes, de cara a la retaguardia enemiga, la
Compañía de Calderón prefiere la muerte a la
rendición y se enfrentan en una lucha cuerpo a cuerpo con
bayoneta calada, logrando gracias a su audacia y valor salir con
vida de aquel círculo de fuego, pero no corre la misma
suerte el Coronel García y es hecho prisionero, fusilado,
degollado y su cabeza remitida a Quito para que sea colocada
sobre el Puente del río Machángara, como
escarmiento para los colaboradores de la revolución.
Calderón, una vez más pudo pasar lista en
Babahoyo.

4) Babahoyo

Gracias al invierno, defensa natural de Guayaquil, los
patriotas tuvieron tiempo para prepararse para la próxima
lid, además, contaban ya con la protección y ayuda
de Colombia que les envió al General Mires y al mismo
Antonio José de Sucre, quien llegó a Guayaquil el
06 de mayo de 1821.

El 15 de mayo de 1821, se le entregó a Sucre, el
mando de los Ejército patriotas que se encontraban en
Samborondón y Babahoyo. Luego del acuerdo de traicionar a
la causa, López y el Capitán Ramón Ollague;
éste último debía apoderase de la flotilla y
tomarse Guayaquil, apenas defendida por un cuerpo de
Cívicos, mientras el segundo debía defeccionar a la
División a su mando. El 17 de julio, Ollague dio el golpe,
pero fracasó debido a la vigorosa resistencia de los
Cívicos y López cumplió en parte su
consigna, no pudo cumplir la segunda parte del plan, atacar
Samborondón, debido al impedimento de tres jóvenes
oficiales de la misma División, a saber: Francisco de
Paula Lavayen, Ciriaco Robles y Abdón
Calderón.

Estos jóvenes oficiales, al traslucir las negras
intenciones de López, descendieron en canoa de Babahoyo a
Samborondón, dieron aviso a Sucre y retornaron con un
batallón al mando de los Comandantes, Federico Rasch y
Cayetano Cestaris, alcanzaron a la división defeccionada
en el sitio denominado "Palo Negro", volvieron a las fuerzas
revolucionarias parte de los que habían seguido al
traidor, el mismo que con un pequeño grupo logró
llegar a Riobamba, donde se encontraba Aymerich.

5) Yaguachi

Limpio el ejército de traidores, Sucre los
juntó en Babahoyo, a fin de hacer frente a Melchor
Aymerich que salía desde Riobamba. Gracias a la
inteligente intervención de otro patriota cuencano, Miguel
de Pino y Jijón, el Mariscal Sucre y el ejército de
Guayaquil no fueron sepultados en Babahoyo. González
debía atacar a Sucre por el sur, mientras Aymerich lo
haría por el norte, con lo cual en ejército
revolucionario debía tomar la disyuntiva de rendirse o
perecer. El patriota Miguel de Pino vio el paso de la tropa de
González por lo que se adelantó a toda prisa a
comunicar a Sucre lo que ocurría. Cuando llegó el
Sr. De Pino, ya se encontraban en combate los dos
ejércitos en Palo Largo, enterado Sucre, optó por
dirigirse de Babahoyo a Yaguachi, destacando a Cestaris para que
reconociese al enemigo, por Cone, el 18 de agosto de 1821,
Cestaris logró hacer prisionera a la descubierta enemiga,
retrocedió con ella al cuartel general, por la tarde de
ese mismo día, se escogió para hacer frente a
González, el sitio denominado Cone. Formaban el
Ejército de Sucre, el Batallón colombiano
"Santander", el guayaquileño "Libertadores" y los
"Dragones" de Cestaris. Abdón Calderón era oficial
del "Libertador", al mando del Mayor Félix
Soler.

Una vez en Cone, como a las once de la mañana,
cuando el Ejército de González empezaba a desbocar,
Sucre no le dio tiempo para el despliegue, pues Mires le
cayó por los flancos. González, tenía su
única salvación si avanzaba de frente para
desplegar, pero en ese momento aparece el "Libertadores" y le
hace frente, las arremetidas del Ejército realista,
abrazado por los fuegos de Mires de ambos flancos y tremenda
también, la heroica impasibilidad del "Libertadores", es
entonces que el enemigo sintiendo en las entrañas las
espadas de los patriotas, cede por todos los puntos al punto de
dejar la victoria completa como siempre las obtuvo el Mariscal
Sucre. Ciento cincuenta muertos, sesenta y nueve heridos y seis
cientos prisioneros dejó el enemigo, incluyendo el segundo
jefe del Ejército, Comandante Francisco Eugenio Tamariz.
Ochocientos diecinueve fusiles y una gran cantidad de municiones
y más elementos de guerra, fue el trofeo de esta jornada.
El Teniente Abdón Calderón, en Yaguachi,
obtenía su primer gran triunfo.

6) Segundo Huachi

Sucre no le dio tregua al enemigo en Guaranda y los
empujó a Riobamba, a pesar de que los realistas les
doblaban en número; desde Guaranda, el General Juan
Illingworth, fue destacado a Quito con una División
patriota y Sucre con el grueso de su Ejército
siguió la misma dirección, pero por otro sendero.
Aymerich se dio cuenta de lo que se pretendía, por lo que
retrocedió hasta Ambato, buscando las llanuras funestas de
Huachi. Colocó a la cabeza de sus tropas al Coronel
Morales y aguardó a Sucre hasta el 12 de septiembre de
1821.

Se volvió a repetir el error de Urdaneta, esto
es, enfrentar la infantería contra la caballería en
campo abierto. Muy a su pesar, Sucre cedió la iniciativa a
Mires, quien con la gloria de Yaguachi se empeñó en
la acción. La infantería realista ocupaba una
hacienda bien protegida por árboles y cercas, mientras que
las patriotas avanzaban a descubierto, ya diezmados por la
fusilería enemiga, cuando por el flanco toda la
caballería realista con más de mil hombres se hizo
presente. No es difícil imaginarnos la carnicería
que se armó, más de mil realistas dejaron la vida,
número mayor que las patriotas. El Segundo Huachi, con su
catástrofe y todo, constituye una función
excepcional de armas para la gloria de nuestros héroes.
Ochocientos hombres del lado patriota, entre muertos y heridos y
no más de cincuenta prisioneros, entre ellos, Mires, y
para colmo de males, perdido todo el armamento y municiones, fue
el balance negativo patriota.

Una vez más tuvo que morder el polvo de la
derrota Abdón Calderón, quien junto a un
pequeño grupo que pudo reunir, volvieron a Babahoyo y
luego a Guayaquil. Luego de un año de temores y
sobresaltos, angustias y zozobras por la vida de un niño
en campañas tan bravas y reñidas, pudo doña
Manuela estrecharle junto a su corazón al fruto de sus
entrañas.

7) Guayaquil-Cuenca

Luego de Camino Real, Primer Huachi, Tanizagua,
Yaguachi, Segundo Huachi, nada pudo, sin embargo, éste
último sobre los guayaquileños y por el contrario,
aún no bien había pasado una hora desde que el
General Antonio Morales les hizo conocer la total derrota
sufrida, sin ocultarles nada en absoluto, cuando ya estaban
inscritos y acuartelados setecientos voluntarios par al
reconstrucción del Ejército. Rápidamente
ascendió a más de 1.500 hombres, incluidos los 468
del Batallón "Paya", recién llegado de Colombia, al
mando del Comandante Leal. A fin de aumentar sus tropas,
escribió Sucre a San Martín, pidiéndole la
devolución del Batallón colombiano "Numancia" que
se encontraba en el Perú; como dicho cuerpo era el mejor
de todos cuantos tenía el Protector, ofreció en su
reemplazo un peruano y

otro argentino, que se encontraban en Piura, al mando
del General boliviano, Andrés de Santa Cruz. Citados para
juntarse en Zaraguro, Sucre y Santa Cruz, comenzaron al mismo
tiempo sus movimientos. Las Fuerzas colombianas compuestas por el
"Albión", "Paya", "Dragones" y Compañías
sueltas del "Libertadores" y "Tiradores", destruidos en Huachi y
fortalecidos con los voluntarios de Guayaquil. De estas
Compañías se formó el famoso "Yaguachi", del
cual formaba parte en la Tercera Compañía, el
Teniente Abdón Calderón Garaycoa.

El 23 de enero de 1822 las tropas colombianas, empezaron
a salir de Guayaquil hacia Machala, el 27 a Pasaje y el 5 de
febrero para Júlug, desde donde los "Dragones", al mando
del Coronel Diego Ibarra (sobrino del Libertador), fueron
destacados al valle de Yunguilla; el 9 de febrero se juntaron en
Zaraguro con los soldados del "Piura" y del "Trujillo" (cuerpo de
vanguardia de Santa Cruz). Venía como jefe de esta
vanguardia, el coronel Luis Urdaneta. El 14 de febrero, por fin
llegó Santa Cruz con el resto de sus fuerzas, estaba
cumplida la primera parte de la campaña.

En Cuenca se encontraba el Coronel realista Carlos
Tolrá enviado por Aymerich con el Batallón
"Aragón" con 500 hombres y con un Escuadrón de
doscientos caballos, en refuerzo de González, que aun
tiranizaba en Azuay. Tolrá salía de Cuenca al mando
de mil trescientos hombres hacia Girón, engañado
por la supuesta presencia de Diego Ibarra en Yunguillas, tuvo que
retroceder al saber que Sucre se encontraba en Oña. Al
salir de Cuenca se situó, esta vez en Tarqui, punto de
conjunción de Girón y Oña. El 21 de Febrero
de 1822, el Ejército Libertador ocupó Cuenca. Ese
día volvió a respirar sus auras natales nuestro
héroe niño, luego de caminar a pie como buen
Oficial de Infantería, más de cien leguas de
ásperos e intransitables caminos.

8) Pichincha

Cuarenta y nueve días permaneció en Cuenca
descansando, alimentándose y completando sus batallones el
Ejército Libertador, a fin de optimizar condiciones para
su próxima campaña. Del 11 al 12 de abril de 1822
comenzó a moverse hacia el norte, el Coronel Diego Ibarra
con parte de su "Dragones" y la Compañía del
Yaguachi, comandada por el Teniente Calderón, en la
vanguardia. Tolrá fue reemplazado en el mando de la
División Realista por el traidor de Babahoyo,
López; al ver a Sucre con todas sus fuerzas reunidas,
retrocedió a Riobamba.

El Coronel López, como felón que era,
meditó una villanía contra Diego Ibarra que se
encontraba descuidado con sus soldados en Guaslán, les
echó dos escuadrones por el frente y un batallón
por la retaguardia, pero los patriotas replegaron sanos y salvos
hasta donde se encontraba Sucre. En esta singular acción
se encuentran la Tercera del Yaguachi, del Teniente
Calderón. El 21 de abril, se descuidó el enemigo y
lograron pasar por Pantús, al darse cuenta el enemigo de
esta acción, desocupó inmediatamente Riobamba y se
puso en retirada. Sucre destacó a Diego Ibarra con sus
"Dragones" y a Lavalle con los "Granaderos del Río de la
Plata", para que viesen por donde tomaban los realistas. Lavalle
entra en combate contra la caballería enemiga y Diego
Ibarra al escuchar el fragor del combate, acude a prestar su
mano. El combate fue tremendo y de poco tiempo, pero dejaron un
saldo de cincuenta y dos realistas muertos y cuarenta y tantos
moribundos que yacían en la llanura de Tapi.

Siete días permanecieron en Riobamba las tropas
patriotas y para el 02 de mayo, se encontraban en Latacunga,
reforzadas por la División "Córdoba" (mitad
Magdalenas y mitad cuencanos), que se juntaron a Sucre. Desde
Latacunga fue destacado el Coronel Maza con el Capitán
Pedro Alcántara Hernán a fin de que le diese una
lección a Víctor Félix de San Miguel, que se
había alzado por el Rey en Guaranda. El grueso del
Ejército siguió al norte, tocó Chillo el 17
de mayo, donde se le juntó Mires, que acababa de huir de
su prisión de Quito. El 20 de mayo se vencieron las
posiciones enemigas en Puengasí y desplegaron en Turubamba
y Chillogallo. Los días 21, 22 y 23 de mayo se
probó al enemigo en combate, pero no se movió de la
ciudad, cuya entrada sur estaba fuertemente defendida.

Desesperado Sucre, decidió atacar por el norte,
conduciendo allá su Ejército, por entre la ciudad
misma y las estribaciones del Pichincha. No contaba para la
marcha sino con una senda de a pie, más, con todo,
resolvió hacerla por allí, llevando a los caballos
como se pudiera. A las veintiún horas del 23 de mayo
comenzó su movimiento y el 24 a las ocho horas, hizo un
alto con el fin de dar descanso a las fatigadas tropas. A las
diez horas, el General Antonio Morales, Jefe de Estado Mayor
General del Ejército patriota dio la voz de alarma, era
López que ascendía tratando de alcanzar a los
patriotas. Una Compañía del "Cazadores del Paya" y
otra de las enviadas como "Tiradores" salieron al frente al
enemigo, que aparecía por entre la maleza,
entablándose un combate casi a quema ropa.

Desplegaron los patriotas con el "Trujillo" y el "Piura"
a la derecha, el "Yaguachi", al centro y el "Alto
Cuenca-Magdalena" a la izquierda. El resto del "Paya"
quedó en la reserva y el "Albión en la retaguardia.
En la primera arremetida, el "Piura", el "Trujillo" y el
"Yaguachi", cada uno por su lado, hicieron correr al enemigo. El
"Alto Cuenca-Magdalena", no tenía a quien enfrentarse
todavía, en los momentos iniciales del combate se vio a
Abdón Calderón, lleno de coraje y gallardía,
empuñando la espada con la mano izquierda. Era que una
bala acababa de herirle la el brazo derecho, inhabilitado como
estaba continuó combatiendo, pero más tarde
recibió otro balazo en aquel brazo,
comprometiéndole un tendón y fracturándole
el hueso del antebrazo, lo que hizo que soltara la espada, la
misma que le fue colocada en la vaina por un Sargento.
Calderón dueño de un valor espartano siguió
al mando de su Compañía, arreciando contra el
enemigo, al forzar su posición en las faltas del
Pichincha, recibió otro balazo, esta vez en el muslo
izquierdo, fracturándole el hueso. En el instante decisivo
del combate, Calderón haciendo un esfuerzo inhumano
arremetió con todo hasta alcanzar la victoria, no sin
antes recibir una última herida en el muslo de la pierna
derecha con rotura completa del hueso, lo cual le hizo rodar al
suelo, en estado desfalleciente quedó
inmóvil.

En una ruana, sus compañeros lo condujeron al
campamento, lo ubicaron en el suelo debido a la falta de una cama
donde acostarle; un amigo se encargó de calmar su
devorante sed y propiciarle los primeros auxilios. Se presume que
fue trasladado al otro día de la batalla, o sea el 25 de
mayo al Hospital "San Juan de Dios", en donde fallece a los 18
años de edad. En una de sus paredes interiores se
podía apreciar una placa alusiva a este suceso,
además, hasta cuando funcionó este hospital, se
conservaba su partida de defunción".

A pesar de su corta edad, Abdón Calderón,
antes de la Batalla de Pichincha, era ya un combatiente veterano,
según se desprende de su impecable hoja de servicio,
descrita por el General Ángel Isaac Chiriboga: Ingresa
como voluntario al servicio del Ejército Libertador del
Mariscal Antonio José de Sucre en octubre de 1820, con
apenas 16 años de edad; asciende a Subteniente en el
Batallón "Voluntarios de la Patria", bajo las
órdenes de Ignacio Salazar, luego de la revolución
del 9 de octubre de 1820, luego de una brillante actuación
en la Batalla del "Camino Real", el 9 de noviembre del mismo
año alcanza el grado de Teniente. En el Batallón
"Voluntarios de la Patria", a órdenes del Coronel Luis
Urdaneta, el 3 de enero de 1821, participa en la Batalla de
Tanizagua como Teniente del Batallón "Libertadores", a
órdenes del Coronel José García; el 19 de
agosto de 1821 participa en la Batalla de Yaguachi con el
Batallón "Libertadores" junto al Sargento Mayor
Félix Soler; el 12 de septiembre de 1821 tomó parte
en la Batalla de Huachi, a órdenes del Mariscal Sucre; en
octubre de 1821 en compañía del Mariscal Sucre en
el Estado Mayor General participa en la reorganización del
Ejército en Babahoyo y Guayaquil; entre enero y febrero de
1822 Teniente de la III Compañía del
Batallón Yaguachi marcha hacia Cuenca a reunirse con el
Ejército de Sucre que venía de Saraguro; 12 de
abril de 1822 forma parte de la Vanguardia del Ejército
Libertador como Teniente de la misma Tercera
Compañía, a órdenes del Coronel Luis Ibarra;
el 21 de abril de 1822 combate en las llanuras de Tapi contra la
caballería ibérica; y finalmente el 24 de mayo de
1822 combate heroicamente en la Batalla de Pichincha.

Todo lo narrado de la valerosa actuación de
Calderón en las guerras en pro de la independencia, se
confirma en la Biografía del Héroe, escrita por su
madre, la que manifiesta, en un oficio a Bolívar…"El
mayor de mis dos hijos, Abdón, contaba dieciséis
años, y como heredero de los sentimientos de su padre, se
dedicó al servicio de la Patria, desde que esta ciudad
proclamó su Independencia. Es constante que no hubo
expedición ni servicio alguno en que no tomase parte, y
que adicto a la República hasta el entusiasmo, se
incorporó a la primera oportunidad en sus filas, y
falleció en ellas cuando la gloriosa jornada de Pichincha.
El Sr. General Sucre, le ascendió entonces a
Capitán y dio orden para que se le pasase siempre revista
y se me satisface su sueldo de Teniente"… Este importante
fragmento biográfico nos da la veracidad de todo cuanto
hemos escrito de Abdón, cuencano ilustre y héroe
epónimo de la Guerra Magna.

El olvido, padre y madre de nuestros tiempos, nos han
privado para siempre de la posesión de sus huesos. Dada su
alta posición social de Guayaquil, el renombre de su padre
en Quito, a cuyo cargo estuvieron los Ejércitos Patriotas,
la gloria misma de Pichincha, encarnada en él el
día de su funeral, para mayor brillo Sucre le
ascendió a Capitán, su juventud, su
heroísmo, y todas estas cosas juntas, deben haber obrado
de modo que viniese su cadáver a tener tumba especial. En
alguna de las casas de mayor alcurnia de Quito, debe haber sido
asistido y en los nichos que aquellas casas tenían para
huesa de los suyos, o tal vez, en los de los templos, debe haber
sido sepultado Abdón.

Las balas españolas se encargaron de trabajar por
nosotros para su pronta y segura identificación.
Allí donde en un mismo esqueleto de persona adolescente
hallemos fracturado el hueso del brazo izquierdo, desastillado el
de la pierna del mismo lado, por encima de la rodilla y
destrozado el fémur de la derecha, bien podemos lanzar el
Veni Foras de Jesús, sobre la árida osamenta de
Abdón.

Que triunfo sería el nuestro, entonces
¡ubicada la osamenta de nuestro joven héroe,
colocados sus restos mortales en el pedestal del Templo de la
Patria en la Cima de la Libertad, allí donde el Gran
Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre
desbarató la soberanía española, al tiempo
de liberarnos de las cadenas opresoras, sería la primera
diligencia, que presentamos a las generaciones
futuras…!

Esa, es pues, ecuatorianos, nuestra misión,
convertir este trabajo de investigación de las cenizas de
nuestro héroe, e inaugurar la Arqueología de la
Gloria, si no ramo del saber, ramos del amar y agradecer, que
vale tanto como el oro y aun mucho más
todavía.

No hace falta más que dar una lectura a las
páginas gloriosas de nuestra historia, para encontrar los
méritos suficientes en el Capitán Abdón
Calderón Garaycoa, que es como debería llamarse el
aeropuerto de la ciudad de Cuenca, ofreciéndole de esta
manera un pequeño pero merecidísimo homenaje a este
valiente soldado.

Antes de culminar, debo solicitar mil disculpas por
algún error involuntario deslizado a través de
estas letras, las mismas que pueden ser no de mala fe, sino
más bien por falta de experiencia en el manejo de asuntos
de tanta importancia para la Patria.

Para finalizar, deseo dejar en claro que, el
Capitán Abdón Calderón, falleció por
una complicación doble de comida dañada que
había ingerido y lacepticemia esa desarrolló con
las heridas precisamente por que se había deshidratado y
murió como un héroe.

La deshidratación que tuvo por la
disentería al comer alimentos podridos en el
ejército hizo que sus graves heridas no se curen y
murió el 29 de Mayo de 1822, cuatro días
después de la Batalla del Pichincha.

Como muchos otros que perdieron su vida como
consecuencia de la Batalla del Pichincha, Abdón
Calderón fue un héroe más que por su muerte,
por lo que hizo en su vida, pues, como sabemos: "No importa es
intrascendente donde haya muerto después, más
importante que donde se nace, donde se muere, es donde se lucha,
por ello, esto se aplica con Abdón Calderón, de 17
años, quizá 18 y allí peleando en el
Pichincha a bayonetazos con lanza a cañonazos.

Y como un acto de gratitud El Libertador Simón
Bolívar ordenó que en mismo lugar en cada
aniversario de la batalla se pase lista su batallón y
cuando se le nombre se grite: "Murió gloriosamente en el
Pichincha, pero vive en nuestros corazones", y que así
sea.

 

 

Autor:

Luis Pacheco Manya

Ex Suboficial Primero-IN

Armada del Ecuador

Partes: 1, 2
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